Para introducir el tema del que se quiere hablar, primero hemos de entender cómo funciona el cuerpo y las palabras. Las palabras, pueden ser mentirosas incluso, la persona puede no darse cuenta de dichas mentiras o, mejor dicho, defensas. Puede no darse cuenta a nivel consciente de que algo no concuerda con su interior, no hay coherencia. Es entonces, cuando la persona especialista ha de leer el cuerpo, las señales. ¿Dice que sí pero su cuerpo se cierra? ¿afirma no haber experimentado nada como traumático pero es incapaz de mirar a las personas a sus ojos? ¿evita la presencia de los hombres? Y así un largo etcétera.
Las personas con experiencias de trata, no solo pueden presentar Trastorno de Estrés Postraumático (TEPT) sino que, además, presentan una diferencia principal de otras personas con TEPT: el daño ha sido ocasionado por otros seres humanos. Tenemos que entender que, en estos casos, la confianza entre personas se ha roto, porque la agresión y en el caso de la trata, violación de los derechos, viene realizada directamente y con intención, por otra persona.
Cuando una persona presenta síntomas de TEPT por un accidente de tráfico o catástrofe natural, los síntomas de estrés postraumático como pesadillas recurrentes, estado de hipervigilancia (o sensación de amenaza), flashbacks, evitación del estímulo, activación del sistema nervioso y problemas para dormir van a estar. Sin embargo, cuando la experiencia que para la persona es traumática la realiza otro ser humano, además de todo lo anterior, se va a alterar la percepción que tiene de sí misma (a un autoconcepto negativo), va a aparecer desregulación emocional, problemas en las relaciones interpersonales e incluso conductas o pensamientos suicidas. Este último caso es un ejemplo de Trastorno de Estrés Postraumático Complejo (TEPT-C), en el cual, escapar de los eventos traumáticos ha resultado muy difícil o imposible (Evans et al., 2022). Este último ejemplo correspondería a la trata de mujeres con fines de explotación sexual.
Por todo ello, y de una manera casi obvia, podremos afirmar que, al igual que a cualquier ser humano, pero todavía con más conciencia y cuidado, habremos de dirigirnos a las personas víctimas de trata de seres humano y en caso de mujeres, víctimas de explotación sexual, con la sensibilidad, la empatía y la mirada de no juzgar que se merecen.
Referencias
Evans, H., Sadhwani, S., Singh, N., Robjant, K. y Katona, C. (2022). Prevalencia del trastorno de estrés postraumático complejo en sobrevivientes de la trata de personas y la esclavitud moderna: Una revisión sistemática. The European Journal of Psychiatry , 36 (2), 94-105.
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